
Por Raúl Varela Curiel
El dolor es un misterio, es algo que nadie desea, pero es un acontecimiento al que insoslayablemente nos veremos obligados a enfrentar a lo largo de toda nuestra vida. En una primera instancia uno se pregunta ¿Por qué existe el dolor? ¿Por qué tengo que sufrir? ¿Por qué simplemente no podemos ser “Felices” todo el tiempo?
No nos detenemos un momento a pensar que tal vez el dolor existe para algo. Que tal vez existe porque es necesario para nuestro propio crecimiento físico, mental y espiritual y que más que un limitante de nuestra “felicidad”, el dolor en realidad nos permite alcanzar la verdadera felicidad.
El dolor nos hace madurar, nos hace fuertes. El aceptar el dolor y darle un sentido trascendental nos produce una catarsis que nos purifica en todos los sentidos, corporal, mental, emocional, anímica y espiritualmente. El dolor no hace humildes, nos ayuda a comprender a cabalidad nuestra naturaleza corruptible, frágil y mortal.

(Fuente: http://triflenew.blogspot.mx)
Cuando uno ha sufrido la severidad del dolor se hace más sensible ante el sufrimiento de los demás, siendo de tal manera el dolor fuente de solidaridad humana. Sabio es el dicho popular antiguo que dice “quien no sabe de dolores, no sabe de amores”.
Si sabemos aceptarle con amor, el dolor puede convertirse en un instrumento ideal para nuestro desarrollo humano, de otro modo solo nos conseguirá desesperación. Pero no se trata de ser masoquistas, no se trata de disfrutar el dolor, se trata de aceptarle, de darle un sentido trascendente y de comprender su significado.
Aquel que no ha sufrido, tampoco ha vivido. Aquel que fútilmente pretende huir del dolor, sólo se priva de la sublime oportunidad de conocer más de la vida, de conocer más de su belleza interior y de su profundidad inestimable. Quien no sabe sufrir no sabe vivir.
Muchas persona consideran que una vida bien vivida es aquella en la que únicamente se tuvieron momentos felices, como si ello fuera posible. Considero que una vida bien vivida más bien tiene que ver con aquellos momentos difíciles en los que tuvimos que probar nuestra valía, en los que tuvimos miedo y lo vencimos, en los que teníamos incertidumbre y no nos rendimos y en los que sufrimos pero triunfamos. No sólo en los momentos de celebración sino más bien en aquellos días comunes y corrientes.
Descifremos el misterio del dolor a tal punto que éste ya no sea nunca más motivo de tristeza, sino por el contrario, que sea motivo de gozo por su ingente valor redentor.
TWEETS
1 EL Dolor es necesario para nuestro propio crecimiento físico, mental y espiritual
2 El dolor nos hace madurar, nos hace fuertes.
3 el dolor puede convertirse en un instrumento ideal para nuestro desarrollo humano
4 Aquel que no ha sufrido, tampoco ha vivido
5. Quien no sabe sufrir no sabe vivir.