febrero 21, 2025
Foto Columna

POR MAURO FLORES

  • El caso Sinner y la afectación psicológica al tenista, muchas veces dan positivo con cantidades insignificantes y sin consentimiento; La FMT, sin cambios, más de lo mismo

No es una situación de justicia o injusticia, de ranking o de privilegios, se trata de credibilidad del tenis y en el caso de Sinner, el más afectado es el llamado deporte blanco.

La reciente suspensión de tres meses que acordó el número uno del mundo, el italiano Jannik Sinner con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), organismo que había solicitado una suspensión de uno a dos años debido a un positivo por clostebol, ha generado una catarata de comentarios que, con el auge de las redes sociales, da la impresión de ser más una cacería mediática que un sistema de control y deja en evidencia la credibilidad de las agencias internacionales como la ITIA (Agencia Internacional de Integridad del Tenis) o AMA (Agencia Mundial Antidopaje).

Sinner cumplirá un periodo de inelegibilidad desde el 9 de febrero de 2025 hasta el 4 de mayo del mismo año, con lo cual se perderá los masters 1000 de Indian Wells y Miami que se juegan en marzo, además de Montecarlo y Madrid que se juegan en abril, pero no se perderá ningún Major, ya que estará en condiciones de regresar para Roland Garros, que se disputa del 25 de mayo al 8 de junio y por los 2,000 puntos de ventaja sobre Alexander Zverev y más de 4,000 sobre Carlos Alcaraz, podría conservar el número uno del mundo, no obstante la sanción.

Los controles antidopaje nacieron con el objetivo de sancionar el uso de sustancias o métodos prohibidos en el deporte con la finalidad de obtener mejor rendimiento, es decir que afecte la premisa de una competencia limpia en el deporte y que los “tramposos” sean castigados, sin embargo, las reglas no siempre son claras, ni son siempre los deportistas los que caen en un presunto dopaje a sabiendas.

Casos como el de la rumana Simona Halep, quien dio positivo por Roxadustat y que fue castigada 4 años, aunque todo quedó en 9 meses, o el de la tenista mexicana Marcela Zacarías quien dio positivo con trembolona, castigada dos años y que luego quedó en 8 meses y muchísimos casos más, saltan de súbito porque los “castigos” prácticamente terminan con la carrera de los deportistas. En casos como los descritos, las tenistas no estaban enteradas de tener alguna sustancia dopante en su organismo, si la tenían no era para sacar ventaja en la competencia, sin embargo, las sanciones contundentes las sumergieron en una crisis emocional que no tiene reparación.

Actualmente, Simona Halep, anunció su retiro debido a que no pudo regresar a los grandes niveles. Ahora se sabe que el equipo de Patrick Mouratoglou, donde ella entrenaba, le proporcionó un suplemento alimenticio que estaba contaminado. Halep cortó relación con Mouratoglou, pero, el daño estaba hecho. De Marcela ni hablamos. Inactiva en el circuito profesional y con esporádicas participaciones en la Billie Jean King Cup.

Muchos tenistas han salido al paso para condenar a Sinner y acusar a las agencias internacionales de conceder privilegios debido a su condición de número uno del mundo, es cierto, las sanciones no han sido igualitarias, sin embargo, lo verdaderamente preocupante es que se reparten como si fueran naipes sin considerar el daño que le hacen al deportista, más cuando las sustancias son insignificantes y entraron sin consentimiento.

Sí, estamos contra el dopaje cuando hay intención de sacar ventaja, pero, alguno de los tenistas que han tenido duras críticas para Sinner o cualquier otro sancionado, ¿sabrán cuántas y cuáles son las sustancias que dan positivo en un control antidopaje? Nos parece que las mencionadas agencias deberían ser supervisadas con rigor porque tampoco nadie les pide cuentas, incluso se sabe de situaciones poco claras en el contacto con los tenistas.

Esperamos que quienes censuran la sanción a Sinner nunca atraviesen por una situación similar. Sinner es el número uno del mundo y hay que ganarle en la cancha no en el banquillo.

DE ROMPE Y RASGA:  Lo que se había anticipado, se concretó. El pasado sábado 15 de febrero, Carlos González fue reelegido como presidente de la Federación Mexicana de Tenis por otro periodo de 4 años. Junto al personaje que repetirá asiento en Miguel Ángel de Quevedo estarán Norberto Martiñán como vicepresidente; Juan Hernández, como vicepresidente de Relaciones Internacionales; Luis Enrique Flores Fernández, como secretario; Jorge Berman como tesorero; Enrique Núñez, como vicepresidente jurídico; Luis Díaz Barriga, como vicepresidente de selecciones nacionales; José Manuel Moreno como vicepresidente de infantiles-juveniles; Fernando Reyes Ramírez como vicepresidente de tenis profesional, colegial, amateur y especial. Aunque, el medio oficial nos señaló “chorrocientos” logros en los primeros cuatro años de gestión, la realidad está a la vista de todos los tenistas. Tendrá el tenis mexicano casi medio lustro con más de lo mismo. Los presidentes de asociaciones, como siempre, actuaron como “levanta dedos”. Aunque se habló de cambios, de transparencia, de cuentas claras, al final todos se alinearon o no salían en la foto. Cosas del deporte blanco en México donde la mano sigue meciendo la cuna. ¡Con UR SPORTS SEGUIMOS PISANDO FUERTE!