(Foto: @juegosolimpicos)
PARÍS (Agencias).- Una medalla olímpica incrustada con un fragmento de la Torre Eiffel. ¿Se puede conferir un premio más monumental?
El fragmento hexagonal tomado del icónico monumento quedará grabado en cada presea de oro, plata y bronce que se colgará en los cuellos de los deportistas en los Juegos Olímpicos de París que se disputarán entre el 26 de julio y el 11 de agosto y los Paralímpicos que seguirán después.
Los organizadores de las justas revelaron el jueves el revolucionario diseño.
Simone Biles coleccionó siete medallas en sus dos previos Juegos Olímpicos, LeBron James atrapó dos oros y bronce de Londres, Beijing y Atenas y Yulimar Rojas atesora su oro de Tokio y una plata en Río de Janeiro. Pero ninguno de ellos que tienen la cita de París en la mira, así como los aproximadamente 36.000 otros medallistas en las 29 previas citas de verano, que se remontan a 1896, han acopiado preseas como esta.
Al hacer historia en los Juegos, los medallistas de París también se llevarán a casa un mordisco de París y de su historia. Sin duda alguna. La torre de 330 metros (1.083 pies) fue erigida con 18.038 piezas de hierro. Pero se ha quedado algo larga a sus pies. Construida para la Feria Mundial de 1889 — que celebró el centenario de la Revolución Francesa — el coloso del ingeniero Gustave Eiffel fue o hecho para durar 20 años.
Pero resistió, gracias a renovaciones y restauraciones regulares. La torre de 135 años es veterana de dos justas olímpicas previas — las de 1900 y 1924, las últimas realizadas en París.
¿CÓMO FUERON HECHAS?
Se le sacó la pintura para después ser pulidas y barnizadas para un segundo uso.
Fueron estampadas con la frase “Paris 2024” y el logo de los Juegos, que se asemeja a la figura de una llama o el rostro de una mujer. Los cinco anillos olímpicos están estampados en el hierro. El logo de los Paraolímpicos — tres siluetas semejantes a un búmeran, conocidas como “Agitos”, fueron estampadas.
La forma hexagonal de las piezas representan a Francia. Los franceses suelen referirse a su país como “L’Hexagone” — el hexágono — por su forma.