
Raúl Enrique Varela Curiel
El día de San Valentín se aproxima y uno no pude dejar de tener pensamientos relativos al amor. ¿Será que realmente sabemos lo que es el amor?
Algunas personas aseguran que el amor es un sentimiento. Otras no saben con claridad que es, pero consideran que es algo relacionado con el afecto y que trae consigo una serie de emociones, y algunas otras han llegado a aseverar que el amor es lo relativo a las pasiones carnales. Considero que tales descripciones estarían limitando la verdadera y profunda naturaleza del amor.
El amor no puede ser un sentimiento ni depender de las emociones, pues estos cambian constantemente por variables de tiempo, modo, lugar etcétera, y el amor auténtico, esta por encima de éstas cuestiones de tiempo modo lugar o circunstancia, de tal manera que a pesar de que existan dificultades el amor no acaba, sino que afronta tales contrariedades y las entiende como un reto y una oportunidad para demostrar el amor.
Ahora, aquellos que aseguran que el amor es lo relativo a la pasión carnal, se hallarán ante una contradicción, pues el que solo busca sentir es egoísta, y el egoísmo es lo contrario al amor. El que busca placer no llegará a entregarse a la persona amada, entendiendo al amor como ese continúo salir de uno mismo para buscar el bien del amado.

Es precisamente el amor lo que nos identifica como personas humanas, a través nuestra capacidad para amar. El amor es lo que justifica nuestra existencia, y el motivo por lo que todo fue creado. Es la esencia misma del universo y el fin para el cuál existimos. El amor es un acto de voluntad. El que ama no lo hace por conveniencia o por interés. El que ama busca en todo momento el bien del otro.
Pablo de Tarso en su Carta a los Corintios nos da una elocuente descripción de lo que es el amor. Decía que el amor es paciente, es servicial, no es envidioso, no es presumido, no es vanidosos, no es mal educado, no es egoísta, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra por la injusticia, se alegra por la verdad, disculpa toda, cree todo, espera todo, aguanta todo, el amor jamás se acaba. Entonces el amor es tierno, es tranquilo, es perseverante, es excelente. El que ama sirve, no rastrera ni servilmente, sino con nobleza. Los que se aman se prestan ayuda mutua, se complementan. Se da con humildad, su motivación tiene una belleza espiritual, oculta, secreta, interna, no finge méritos inexistentes. Es agradecido, es compartido, ajeno a toda ira, disgusto, coraje o irritación, se olvida